Un día 16 de diciembre como hoy, hace veinte años, una misión nacional e internacional de paz que recorrió el municipio de Chenalhó y que había sido testigo de la presencia de grupos armados y de las amenazas contra la población en resistencia, se reunió con el entonces gobernador interino de Chiapas, Julio César Ruíz Ferro para pedirle su urgente intervención para impedir un desastre. Los integrantes de la misión hicieron un llamado urgente para evitar un brote violento, que de haber sido atendido, muy probablemente hubiera evitado la masacre de Acteal. La negligencia criminal de Ruíz Ferro no sólo ha quedado impune, sino que es ahora emulada por el gobernador Manuel Velasco Coello.